miércoles, 30 de abril de 2014

¿PARA QUÉ LEEMOS Y ESCRIBIMOS?


El acto de leer y de escribir no se debe de  entender como un saber escolar totalmente alejado de nuestra vida real y cotidiana. Siempre que leamos o escribamos debemos de tener una finalidad real, con sentido y significado pleno. Esto se hace realidad cuando trabajamos con una metodología por proyectos. Aquí las fuentes de información son muy variadas. No nos interesan tanto los contenidos en sí, que se olvidarán fácilmente con el paso del tiempo, como los procesos seguidos por el alumnado para alcanzar estos conocimientos. Una de las principales fuentes de información son siempre los libros, donde podemos encontrar explicación a lo que buscamos. En este caso en concreto queríamos saber qué personas vivían en los castillos y qué hacían en ellos, así como los nombres de las diferentes partes de un castillo. Nosotros buscamos información por parejas, o por pequeños grupos de 3 ó 4. En estos momentos cada persona pone en marcha las estrategias de qué dispone para leer a su manera, en función de la etapa en la que se encuentre. Si además los grupos o parejas son heterogéneos, es decir, están en diferentes fases, surgirán "conflictos" entre ellos que favoreceran el aprendizaje de todos: los que están más avanzaddos afianzan sus aprendizajes explicando a los que no han alcanzado esa fase aún y estos avanzan también gracias a la ayuda ofrecida. Una vez que hemos leido ponemos en común lo que hemos encontrado en los diferentes libros, comparamos la información que  nos ofrece cada uno de ellos y llegamos a una conclusión. El último paso es dejar constancia de lo que hemos aprendido, para ir elaborando poco a poco un libro individual sobre el tema que nos permitirá tener recogido lo más relevante que hemos aprendido en este proyecto. Dependiendo del momento y de las necesidades de los alumnos, en algunas ocasiones hacemos más hincapié en la escritura y en otras en la lectura. Aquí os dejo una muestra de ambos ejemplos.

Escribimos el nombre

Leemos los nombres para identificarlos en el dibujo
Nuestro centro está implicado en un proyecto común llamado "Laboratorio de Poesia", cuyos principales objetivos son, entre otros:
  1. Sensibilizar a alumnado, familias y “localidad” sobre el valor artístico de la poesía.
  2. Favorecer la creatividad y la capacidad comunicativa a propósito de los usos estéticos de la lengua.
  3. Implicar a otros centros de la localidad en nuestra aventura por la poesía.
Dentro de este proyecto en el que participan todos los ciclos, los niños y niñas de infantil hemos decidido realizar lo que hemos denominado "Cuentapoesías". Este cuentapoesías lo vamos a mandar a otro colegio de Atarfe, para compartirlo con ellos, una vez que esté terminado totalmente.

Para ello lo primero que hemos hecho ha sido elegir una poesía, y en este caso la propuse yo: Para perder el miedo, de Carmen Gil. La elección se debe a que el miedo era uno de los temas surgidos en nuestra clase a partir de los personajes de nuestro proyecto de Los Castillos (la bruja Úrsula, el dragón Betón,... ) por eso me pareció perfecta, para "matar dos pájaros de un tiro". 

Una vez que la hemos elegido la leemos, la comprendemos y la memorizamos. Analizamos sus características como texto (rima, estrofas, versos,... ), pues ya somos unos poetas expertos. 

Cuando ya nos la sabemos, vemos las estrofas que tiene la poesía y hacemos grupos en clase, uno por cada estrofa (esto también nos permite trabajar las matemáticas al tener que hacer los grupos y que sean del mismo número de personas).

Después, en el rincón de la seño, cada grupo escribe su estrofa "a su manera", en función de la etapa escritora en la que se encuentre, y entre todos la ilustramos. Para ello nos ponemos de acuerdo antes de lo que vamos a dibujar y luego quién dibujará cada elemento. El resultado ha sido magnífico, 6 estrofas ilustradas.


Una vez elaborada la poesía leemos cada una de las estrofas. Como ya se la saben de memoria, si cambiamos el orden ven que sale una poesía diferente. De esto se trata, de ver que según coloquemos las poesias podemos hacer diferentes lecturas, de ahi el nombre de cuentapoesía, porque cada cual puede contarla como más le guste. 


Ya solo nos queda una cosa. Hemos pensado (después de un larrrrrgo diálogo) que la mejor manera de mandar nuestro cuentapoesías a otro colegio es metiéndolo en una caja, para que no se pierda ninguna estrofa. Había otras opciones: ponerles una goma, unos clips, meterlas en una bolsa... pero la caja parecía la más adecuada. Pero... ¿cómo tiene que ser la caja para que entren las hojas tan grandes? No ha habido duda, enseguida varios alumn@s han pensado en el  metro. Lo hemos cogido de nuestro rincón de las mates y lo hemos medido: 43 cm de lado tiene que tener nuestra caja. Hemos escrito una nota para que no se nos olvide la medida y ahora... a esperar.